Desde hace unos años sufro gastritis crónica. Cuando tenía estrés o problemas en el trabajo, los síntomas a veces eran inagualtables.

Ácidez, pirosis y trastrornos digestivos formaban parte de mi vida cotidiana.

Soporté varias gastroscopias y otros reconocimientos, pero los médicos nunca me explicaron la enferemdad de manera comprensible. Así que me recetaron distintos medicamentos (p.e. Pantozol) que ligan ácidos. Esos medicamentos prometían una mejoría, pero yo apenas la noté – y aún menos trataban la raíz de la enfermedad…

El año pasado en noviembre, mi hija Nicole empezó a informarse en internet sobre remedios y tratamientos de la gastritis.

Entre otros, encontró la página web de fangocur y me enseñó todo lo que era importante saber: los ingredientes, las experiencias de otros clientes y un dictamen de la Universidad de Medicina de Viena. Al principio tenía dudas sobre la tierra medicinal y sobre sus efectos tan alabados. Aún así me entró curiosidad y también cobré nuevas esperanzas…

Entonces, mi hija se puso en contacto con Sra. Koch del equipo de fangocur y le contó mis síntomas.

Sra. Koch estaba dispuesta a ayudar y su competencia, profesionalidad y la alusión a posibles mejorías al final llevaron a la compra. Me regalaron la «tierra mágica» en navidad.

Tenía expectativas muy altas y me esperaba mucho de ese remedio. En enero empecé a cambiar totalmente mis hábitos alimenticios, a hacer más deporte y a hacer el tratamiento como se indica. Ya durante el segundo tratamiento (sexta semana) se revelaron los efectos benéficos. Todos los síntomas mejoraron poco a poco.

Ahora haré esos tratamientos regularmente, ya que el estómago, el esófago y la digestión se han relajado totalmente y han recuperado su equilibrio.

Conclusión:
¡Bentomed cumple lo que promete!
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien. Disfruto más de la vida y me lo paso muy bien sin ese malestar permanente y agobiante…

Hartmut Bock