La exposición excesiva al sol durante mi juventud (y eso sin los protectores de hoy en día) había dejado marcada mi cara: llevaba unos años con arrugas, arrugitas alrededor de la boca y de los ojos, manchas enrojecidas y una mancha enrojecida bastante grande (1 cm) en la mejilla debido a vasos sanguíneos dilatados. Esa mancha apareció de repente, de un día a otro, hace 4 años. Mi dermatólogo me ofreció quitar la mancha, o suavizarla, mediante laser (¡en 4 sesiones à 150.- cada una!) Rechazé y decidí tapar la mancha con una crema opaca de textura de yeso. Me conformé con eso.

Por casualidad encontré fangocur en internet y me llamó la atención la mascarilla anti-edad, pero no estaba convencida de su eficacia. Después de la primera aplicación de 30 minutos, ya noté el efecto y casi no me lo pude creer: mi piel estaba más lisa, las arrugas menos pronunciadas y mi cara parecía más viva, radiante y jóven. 3 días más tarde volví a aplicar la mascarilla y la dejé actuar 40 minutos. Al día siguiente y a la luz del sol, me di cuenta de que las manchas enrojecidas habían perdido color y de que la mancha grande ya no tenía vasos sanguíneos visibles. ¡Qué sorpresa!

Para dejar las cosas claras: tengo 72 años y, a pesar de mi edad, la mascarilla anti-edad ha surtido efecto y sigue haciéndolo. Está claro que no vuelvo a tener 20 años, pero me siento más jóven: el color de mi piel ha mejorado, las arrugas están menos pronunciadas y las manchas han perdido color y supongo que desvanecerán si sigo aplicando la mascarilla. También aplico la mascarilla 2 horas antes de salir (cenas con amigos,…): dejo actuar la mascarilla 40 minutos, aplico una crema y el maquillaje. Mi cara cambia totalmente su aspecto. Obviamente seguiré fiel a fangocur.

Vanessa Grand*

*Nombre cambiado por la redacción por petición de la clienta